
Ya no sabes quién eres o cuando dejaste de ser alguien. Peor aún ¿Cuándo creíste ser alguien?
¿A qué vienes? Hoy no quiero hablar.
Subiste…bajaste… Hiciste sufrir… Sufriste…
Ahora cuatro paredes te rodean. Te encierras… te cuestionas….
De seguro quieres hablar, me lo imaginaba.
Otra vez a escuchar de tus victorias, de tus fracasos… la misma historia sin final.
Ahí vienes otra vez. Nuevamente buscas vaciar en mí todas tus culpas tal si confesándote lograras ser mejor.
¿Para eso sirvo? ¿Para eso me creaste? Te entiendo, pero hoy no quiero hablar.
Mientras el polvo llena tu mente; cuando el alcohol viene y va, en esos momentos de locura
utilizas toda tu fuerza para hacerme callar.
No hay más que decir, hace mucho me ganaste. Hace mucho que dejé de ser tú para ser yo. Hace
mucho que dejamos de ser uno para ser dos.
En un momento fui fuerte y me debes mucho de lo que tienes. Gracias a mi llegaste a sentirte rey, gracias a mi te veías bien.
Hoy me apartas de… ¿los míos? ¿los tuyos? ¿los nuestros?... ya no se… los extraño... pero hace mucho que me encerraste para vivir tu parte de la vida… para crear tu historia. Historia que yo empecé y tú me arrebataste. Historia de niños, que descarrilaste.
Siempre fuiste… ¿eres?, sólo tú ¿y yo? ¿A quién le importo? ¿Nada que decir? Lo sé… siempre es igual. Rompiste las reglas, dejaste de buscarme en los días… no dormía a tu lado en las noches.
Para ti no existo y si existo es cuando lagrimas invaden tus ojos; cuando el dinero no tiene valor o cuando no tienes con quien hacer el amor.
Ahí vuelves otra vez. Esta vez no traes lágrimas… Esta vez no traes culpas esta vez sólo recordaste que existo y que soy tu conciencia.
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