Quisiera de tu vida ser el dueño y
de tu amanecer la golondrina. Quisiera
con mis manos curar tus heridas que vilmente te dejó el sufrimiento.
Quisiera mostrarte mis sueños y alegrarte en tus días. Mirarte por dentro y encontrar en ti la alegría.
Quisiera embriagarme en tu sonrisa y
de tus labios robar un aliento. Ahogarme en tu saliva y volcarme
todo sin remordimientos.
Quisiera mantener activas tus energías
y poco a poco controlar mis movimientos.
Salpicar la sandía y
llenar de sudor todo tu cuerpo.
Quisiera ser agua tibia que quita el gris de tu cielo. Beber del manantial de tus lagrimas y hacerte brillar como un lucero.
Quisiera venir en ti y
dejar la semilla; mientras le juro a la vida
entregarme por completo.
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