jueves, 24 de junio de 2010

Danza Marina




La mar me arropa en las noches cual sabana que viene y va.

Su espuma es lana fría que se lleva penas y devuelve alegrías.

En el cielo las estrellas me hacen compañía como luciérnagas que brillan sin cesar.


Algas marinas alimentan mis sentidos y los peces masturban mis deseos carnales al olvido.

Caracoles aprietan mi torso desnudo a la orilla, mientras los cangrejos cortan venas de otra vida.


La mar se tiñó de rojo; de carmesí puro y de semen de aguas vivas.

Ondas lubricadas de azufre me envuelven y me llevan a bailar entre arrecifes de una ciudad perdida.

Escamas rozan mi piel y erizos hacen profundas heridas en mis rodillas.


Burbujas besan mis labios llenando mi cuerpo de nuevas energías.

Náufrago fui de un amor pasado que hoy me guía a la orilla.

EL horizonte se viste de amarillo, se avecina un nuevo día.


Adiós digo a mis amigos del océano y a todos aquellos que me vieron triste y falto de brillo en mi vida.

Otra vez la mar se tiñó de rojo; de carmesí puro y de semen de aguas vivas.

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