
Par de tropezones y todo se ajustó de sopetón
La última caída y el brillo en mis ojos me devuelven la ilusión.
Este verano me lleva sediento y cansado, pero los surcos malos encontraron su final.
Vuelvo al ruedo a buscar aventuras; hoy tras mis ventanas brilla el sol.
Mi piel se eriza, cual pelaje felino que busca el amor.
Hoy la vida me da vueltas y mariposas vuelan en mi interior.
Como un chiquillo sonrojado, las nuevas sonrisas hacen palpitar mi corazón.
Esta noche se agotaron las lágrimas y por fin se esfumó la tristeza y la falta de pasión.
Miro al cielo y doy gracias por alejarme de lo malo y devolver a mi vida mi yo.
Palomas llenan mi cielo y rosas mi jardín interior.
Mis alas cortadas crecen más grandes que nunca; de nuevo regresa a mi vida el fuego que tenía.
Hoy siento que me amo y que al ruedo sin miedo todo daría.
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