
Mil pedazos componen mi corazón; tú lo rompiste.
Con mil lágrimas se ahogó el día que partiste.
De tristeza se llenó y tú ni siquiera sufriste.
Tú a mi corazón usaste, maltrataste, escupiste,
ultrajaste, quemaste, y hasta golpeaste. Luego te fuiste
lo pateaste y tirado en el suelo lo abandonaste.
Aún así vivió; fracturado, enfermo, ultrajado, quemado,
escupido, deprimido, abandonado en fin hecho un desastre.
Al pobre vivir no le sirvió de nada.
A tu partida poco de él dejaste.
Sólo mil pedazos de un corazón sin valor y mil ganas de odiarte.
No hay comentarios:
Publicar un comentario